La insuficiencia venosa crónica: más allá de los anticoagulantes y de las medias de compresión

Las mujeres son más propensas a la insuficiencia venosa que los hombres. Los síntomas de esta enfermedad aumentan con la edad. Además, si en su familia hay antecedentes de várices, usted corre más riesgo de sufrir insuficiencia venosa.

He invitado a mi colega, el doctor Eduardo Hernández,cardiólogo intervencionista, a ayudarme a informar a nuestra comunidad acerca de la insuficiencia venosa. El doctor Hernández forma parte del personal médico del Texas Heart Institute y es docente de los programas de especialización en Enfermedades Cardiovasculares y Cardiología Intervencionista de esta institución. Además, fue presidente de la Texas Heart Institute Cardiac Societyy director médico del Centro de Diagnóstico Cardiovascular.

¿En qué consiste la insuficiencia venosa crónica? 

La insuficiencia venosa crónica (que también se conoce como flebopatía crónica) es el mal funcionamiento de las válvulas de lasvenas de la pierna. Esto causa aumento de la presión dentro de estas venas, que a su vez causa hinchazón y alteraciones secundarias de la piel. Hay varios tipos de insuficiencia venosa crónica de gravedad variable, entre ellos:

Reflujo de la vena safena: La sangre de las venas de la pierna se devuelve por mal funcionamiento de las válvulas.

Lesiones no trombóticas de la vena ilíaca: Lesiones en las venas de la cadera que no tienen que ver con coágulos de sangre.

Trombosis venosa profunda crónica (TVP): Formación de coágulos de sangre en una vena profunda del cuerpo, generalmente en las piernas.

Prevalencia en las mujeres en comparación con los hombres

Se presenta en un porcentaje de entre el 1 % y el 40 % de las mujeres, y en un porcentaje de entre el 1 % y el 17 % de los hombres.

¿Por qué es tan grave la trombosis venosa profunda? 

La trombosis venosa profunda es la presencia de un coágulo en una vena profunda, por lo general, de las piernas. Este coágulo se puede desprender y desplazarse por el torrente circulatorio venoso hasta el lado derecho del corazón, del cual pasaría al pulmón y obstruiría las arterias que se encuentran allí, causando una embolia pulmonar. Entre 350 000 y 600 000 estadounidenses y entre 400 000 y 500 000 europeos sufren trombosis venosa profunda.

Más del 40 % de los pacientes presentan hinchazón, claudicación y ulceración después de una trombosis venosa profunda. Las venas que se ven afectadas con más frecuencia son las de la pierna (venas femorales) y las de la pelvis (venas ilíacas). Cuando la trombosis venosa profunda se encuentra en la pelvis, el riesgo de recurrencia y de presentar complicaciones se duplica.

¿Cuáles son los factores de riesgo?

La edad avanzada, los antecedentes familiares de insuficiencia venosa, los antecedentes personales de coágulos sanguíneos, la obesidad, las ocupaciones que exigen pasar mucho tiempo de pie, el embarazo, pertenecer al sexo femenino, realizar actividades físicas de alto impacto y la apnea obstructiva del sueño.

¿Cuáles son los signos y síntomas?

Dolor, hinchazón o sensación de pesadez en la pierna y el tobillo, picazón, alteraciones del color de la piel del tobillo, edema o hinchazón, e irritación o inflamación de las várices.

¿Cómo se diagnostica?

  • Por los síntomas que el paciente le informa al médico
  • Por los signos que el médico detecta durante los exámenes
  • Por la angiografía venosa o venografía: técnica para obtener una radiografía de las venas (llamada «venograma») después de inyectar en ellas un medio de contraste especial
  • Por la ecografía Doppler: prueba en que se usan ondas sonoras de alta frecuencia para medir la cantidad de sangre que fluye por las arterias y venas, especialmente las que llevan la sangre a los brazos y las piernas. Con esta prueba se pueden detectar anomalías de la circulación de la sangre dentro de una arteria o una vena.
  • Por laresonancia magnética 
  • Por la ecografía intravascular 

¿La trombosis venosa profunda se puede prevenir con cambios en el modo de vida?

Hay varias formas de mejorar la circulación de las venas de la pierna:

  • Manténgase activa haciendo ejercicio, lo cual mejora la circulación en todo el cuerpo.
  • Trate de no pasar períodos largos de pie o sentada. Si tiene que pasar mucho tiempo parada, siéntese periódicamente y levante los pies para reducir la presión en las venas de las piernas.
  • Use medias de compresión graduada. Estas medias vienen en distintas tallas. Hacen presión en las piernas para facilitar el movimiento de la sangre venosa de regreso al corazón.

¿Cuáles son las alternativas de tratamiento?

Los pacientes con trastornos por insuficiencia venosa crónica reciben tratamiento según el tipo de trastorno que tengan, su gravedad y la cantidad de reflujo venoso que esta cause. El objetivo del tratamiento es mejorar los síntomas, el aspecto físico y las alteraciones de la piel que se deben a la insuficiencia venosa crónica, así como reducir el edema y las úlceras.

Si el paciente tiene várices sintomáticas (con dolor y picazón), con frecuencia las compañías de seguro médico exigen que pase por un período de tratamiento conservador (de duración variable) antes del tratamiento por ablación.

Estrategias de tratamiento conservador

Estos tratamientos se recomiendan a la mayoría de los pacientes que tienen insuficiencia venosa:

Elevación de las piernas y ejercicio: mejoran el transporte de oxígeno a la piel y disminuyen la inflamación.

Medias de compresión: hacen compresión en las venas dilatadas. Algunos pacientes no toleran la compresión o este tratamiento está contraindicado en su caso.

Sustancias tópicas para la piel: contribuyen al tratamiento de las alteraciones cutáneas, como la sequedad y la picazón.

Tratamiento combinado para las úlceras venosas: cuidado de la herida y tratamiento de compresión con medias y vendas.

Tratamiento farmacológico: para pacientes cuyos síntomas no responden al tratamiento de compresión o que no lo toleran.

 

Tratamientos adicionales

El ofrecimiento de tratamientos adicionales (quirúrgicos o no) depende de la respuesta del paciente a las medidas conservadoras que se mencionaron anteriormente, la extensión de la enfermedad, los síntomas que causa, la presencia o ausencia de reflujo venoso y las expectativas del paciente en cuanto al aspecto físico y los síntomas.

Si el paciente solo presenta síntomas como dolor y picazón sin signos visibles ni palpables de insuficiencia venosa, se debe optar por un tratamiento conservador.

Tratamientos no quirúrgicos

Los tratamientos mínimamente invasivos, como la escleroterapia, la ablación por radiofrecuencia y la ablación por láser son tan eficaces como el tratamiento quirúrgico. Además, hay menos complicaciones, menos dolor después de la técnica y le permiten al paciente regresar más pronto a su trabajo,

Escleroterapia:Este tratamiento se usa para eliminar las várices y las arañas vasculares. Consiste en inyectar una solución (por lo general, salina) directamente dentro de la vena. La solución irrita la capa interna del vaso sanguíneo y causa la formación de una cicatriz que hace que la sangre se desvíe a venas más sanas. La vena que queda obstruida por la cicatriz se reabsorbe en los tejidos cercanos y desaparece con el tiempo. En términos generales, se cree que los resultados de la escleroterapia son superiores a los del tratamiento con láser. Sin embargo, el resultado depende del diámetro de la vena tratada, de la presencia de venas reticulares o de arañas vasculares, y del tipo y la tonalidad de la piel.

Tratamiento por ablación:La decisión de optar por el método de ablación para las várices depende del tamaño de las várices, de su ubicación y de la presencia o ausencia de reflujo venoso. En esta intervención se emplean ondas sonoras de alta frecuencia o rayos láser para producir calor en un punto de la vena afectada con el fin de que se cierre.

Tratamiento de las arañas vasculares (telangiectasias) que no se acompañan de síntomas:Con frecuencia, las personas en quienes las arañas vasculares son la única manifestación de la insuficiencia venosa crónica se angustian por el aspecto cosmético de sus venas. Esas venas se pueden tratar con láser o con escleroterapia sin tener que realizar otros estudios diagnósticos. Sin embargo, ese tratamiento no impide que más adelante se presente reflujo venoso ni insuficiencia venosa. La escleroterapia y el tratamiento superficial con láser de las arañas vasculares se consideran tratamiento cosméticos. Normalmente requieren varias sesiones. La presencia de arañas vasculares en la parte interna del tobillo a menudo indica insuficiencia de la vena safena de esa extremidad.

Tratamiento del reflujo venoso:En este caso, el riesgo de recurrencia de la dilatación de las venas es mayor. El reflujo venoso debe tratarse antes de tratar las arañas vasculares (telangiectasias). Retrasar el tratamiento de estas venas más pequeñas reducirá la cantidad de venas que requerirán tratamiento. Después del tratamiento exitoso del reflujo venoso, las arañas vasculares residuales también se pueden tratar con escleroterapia o tratamiento superficial con láser.

Tratamiento de las várices:Las várices son venas que se han hinchado y dilatado de modo que su diámetro ha aumentado en 3 mm o más. Los pacientes que tienen várices sin reflujo normalmente se tratan con escleroterapia o con eliminación quirúrgica según el tamaño, la ubicación y el número de venas afectadas. El uso de ciertas sustancias adhesivas, como Venaseal, también se ha autorizado en la ablación venosa. Las várices residuales o recurrentes después de la ablación de la safena reciben el mismo tratamiento. Las complicaciones de la ablación de las várices consisten en sangrado y trombosis venosa superficial. Estas complicaciones son poco frecuentes, pero podrían requerir atención inmediata y posiblemente un tratamiento quirúrgico.

Tratamientos quirúrgicos

Menos de 1 de cada 10 personas afectadas requiere una operación. Las opciones quirúrgicas son:

Ligadura de las venas y fleboextracción: Intervención en la que el cirujano vascular corta y liga la vena afectada.

Flebectomía ambulatoria: Intervención mínimamente invasiva que se realiza a través de una incisión pequeña o una punción con aguja para extraer la vena con un gancho.

Derivación venosa: Se reserva para los casos más graves. Una vena sana de otra parte del cuerpo se trasplanta con el fin de desviar la trayectoria de la sangre y evitar la vena afectada.

Puesto que hoy en día contamos con varias intervenciones que tienen diferente eficacia, tolerabilidad y tiempo de recuperación, se recomienda consultar a un especialista en circulación venosa.

¡Hasta la próxima!

Dra. Stephanie Coulter

Agradecemos al doctor Eduardo Hernández, a la doctora Karla Campos y a Payton Campbell por su ayuda en este número de «Directo al grano».