Enfermedad de las arterias carótidas

La enfermedad de las arterias carótidas es una enfermedad que afecta a los vasos sanguíneos que conducen a la cabeza y el cerebro (enfermedad cerebrovascular).

La enfermedad de las arterias carótidas es una enfermedad que afecta a los vasos sanguíneos que conducen a la cabeza y el cerebro (enfermedad cerebrovascular). Al igual que el corazón, las células del cerebro necesitan un constante suministro de sangre rica en oxígeno. Esta sangre llega al cerebro por medio de dos grandes arterias carótidas ubicadas en la parte delantera del cuello y dos arterias vertebrales más pequeñas ubicadas en la parte trasera del cuello. Las arterias vertebrales derecha e izquierda se unen en la base del cerebro para formar la denominada arteria basilar. Un accidente cerebrovascular (o ataque cerebral) se produce más comúnmente cuando las arterias carótidas se obstruyen y el cerebro no recibe suficiente oxígeno.

La enfermedad de las arterias carótidas aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular de tres maneras:

  • La acumulación de una sustancia grasa denominada «placa» puede estrechar significativamente las arterias carótidas.
  • Un coágulo sanguíneo puede atascarse en una arteria carótida estrechada por placa.
  • La placa puede desprenderse de las arterias carótidas y obstruir una arteria más pequeña en el cerebro (arteria cerebral).

¿Quiénes corren mayor riesgo de padecer una enfermedad de las arterias carótidas y un accidente cerebrovascular?

Aproximadamente cada 4 minutos, alguien en Estados Unidos se muere de un accidente cerebrovascular. El riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular aumenta con la edad, y es más común en hombres que en mujeres. El accidente cerebrovascular es la quinto causa de muerte en los Estados Unidos y una de las principales causantes de discapacidad en estadounidenses mayores.

Si un paciente tiene una enfermedad de las arterias carótidas, es probable que también tenga enfermedad arterial coronaria grave o que uno de sus padres haya fallecido de enfermedad arterial coronaria. O sea que los factores de riesgo de la enfermedad de las arterias carótidas son similares a los de la enfermedad de las arterias coronarias:

  • Niveles elevados de lipoproteínas de baja densidad (colesterol malo) y triglicéridos en la sangre.
  • Presión arterial alta.
  • Diabetes.
  • Consumo de cigarrillos (tabaquismo).
  • Antecedentes familiares de enfermedad arterial coronaria.
  • Obesidad.
  • Sedentarismo.

¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de las arterias carótidas?

Aunque no hay síntomas específicos de enfermedad de las arterias carótidas, los síntomas de advertencia de un accidente cerebrovascular son una buena manera de determinar si existe una obstrucción en las arterias carótidas. Los ataques isquémicos transitorios (AIT) son uno de los síntomas de advertencia más importantes de un posible accidente cerebrovascular en el futuro cercano. Los AIT, a veces denominados «miniaccidentes cerebrovasculares», son episodios transitorios de dolor de cabeza, mareo, hormigueo, entumecimiento, vista nublada, confusión o parálisis que pueden durar unos pocos minutos o hasta un par de horas. Consulte inmediatamente al médico si usted o un conocido tiene síntomas de un AIT.

Los siguientes son otros indicios y síntomas de una obstrucción en una arteria carótida:

  • Debilidad o parálisis del brazo, la pierna o el rostro, de un lado del cuerpo.
  • Entumecimiento u hormigueo en el brazo, la pierna o el rostro, de un lado del cuerpo.
  • Dificultad para tragar.
  • Pérdida de la vista o vista nublada en un ojo.
  • Mareo, confusión, desmayo o coma.
  • Dolor de cabeza intenso y repentino de origen desconocido.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad de las arterias carótidas?

En la mayoría de los casos, los médicos pueden detectar la enfermedad durante un chequeo de rutina. El médico puede preguntarle si ha tenido síntomas de un accidente cerebrovascular (entumecimiento o debilidad muscular, desorientación o dificultad para hablar o ver). Colocando un estetoscopio en el cuello, encima de la arteria carótida, el médico puede tratar de detectar un soplo. Pero los resultados de este examen pueden ser engañosos. No siempre se escuchan soplos, incluso cuando la enfermedad de las arterias carótidas es grave, y a veces se escuchan soplos cuando las obstrucciones son leves.

Los siguientes son otros medios diagnósticos utilizados:

  • Ultrasonido Doppler. Emplea ondas sonoras para examinar el flujo sanguíneo y medir el grosor de las arterias carótidas.
  • Angiografía por resonancia magnética (ARM). Un tipo de estudio por resonancia magnética que emplea campos magnéticos inofensivos pero potentes para producir una imagen detallada de las arterias del cerebro.
  • Oculopletismografía. Mide la pulsación de las arterias que se encuentran en el fondo del ojo. Es una manera indirecta de detectar obstrucciones en las arterias carótidas.
  • Arteriografía y angiografía por sustracción digital (ASD). Radiografías de las arterias carótidas que se toman tras inyectar un medio de contraste especial en la corriente sanguínea.

¿Cómo se trata la enfermedad de las arterias carótidas?

Además de tratar la aterosclerosis u otros trastornos subyacentes, podrían ser necesarios cambios en el estilo de vida, medicamentos, intervenciones transcatéter o intervenciones quirúrgicas para contrarrestar los efectos de la enfermedad de las arterias carótidas y reducir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.

Modificación del estilo de vida

El tratamiento de la enfermedad de las arterias carótidas incluye la modificación del estilo de vida. La National Stroke Association (Asociación Nacional de Ataque Cerebral de los Estados Unidos) recomienda:

  • Dejar de fumar.
  • Controlar la presión arterial alta, el colesterol, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
  • Averiguar si uno tiene alteraciones del ritmo cardíaco, especialmente fibrilación auricular, ya que aumentan el riesgo de coágulos sanguíneos que pueden ocasionar un accidente cerebrovascular.
  • Limitar el consumo de alcohol. Según los expertos, el consumo moderado es un promedio de una o dos bebidas por día para los hombres y una bebida por día para las mujeres. Una bebida se define como 1,5 onzas líquidas (44 ml) de bebidas espirituosas de una graduación alcohólica de 40° (80 proof), 4 onzas líquidas (118 ml) de vino o 12 onzas líquidas (355 ml) de cerveza.
  • Incluir ejercicio (especialmente caminatas de 30 minutos de duración) en las actividades diarias.
  • Usar menos sal en la comida.
  • Hablar con el médico sobre problemas circulatorios que puedan incrementar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
  • Consultar inmediatamente al médico en caso de observarse síntomas de un accidente cerebrovascular.

Medicamentos

Podrían necesitarse diluyentes de la sangre (anticoagulantes) para prevenir un accidente cerebrovascular. La aspirina y otros diluyentes de la sangre han demostrado reducir el riesgo de sufrir un ataque cerebral. En la mayoría de los casos, los pacientes tienen que tomar estos medicamentos el resto de su vida.

Intervenciones percutáneas 

Los cardiólogos intervencionistas pueden realizar una angioplastia de las arterias carótidas para despejarlas si están obstruidas. Con este fin, usan un tubo largo y delgado denominado «catéter» que tiene un globo (o balón) pequeño en la punta. Este globo se infla en el lugar de la arteria carótida en que se encuentra la obstrucción para aplastar o comprimir la placa contra la pared arterial.

La angioplastia de las arterias carótidas se combina a menudo con la colocación de un dispositivo pequeño de malla metálica llamado stent. Cuando el stent se implanta dentro de una arteria carótida, actúa como un soporte o armazón para mantenerla abierta. Por lo general, la angioplastia de las arterias carótidas con colocación de stent se realiza en pacientes que no reúnen los requisitos necesarios para someterse a la operación tradicional (la endarterectomía carotídea) o en quienes se considera menos riesgosa que la operación tradicional.

Intervenciones quirúrgicas 

La endarterectomía carotídea es una operación en que se extirpa la placa de ateroma de las arterias del cuello.

 

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