Trasplante cardíaco

Los primeros trasplantes cardíacos se realizaron hacia fines de la década de los sesenta. Pero no fue sino hasta que se comenzaron a utilizar medicamentos antirrechazo (inmunosupresores) en la década de los ochenta que el procedimiento llegó a ser una operación aceptada. En la actualidad, los trasplantes cardíacos dan esperanzas a un grupo de pacientes que de lo contrario moriría de insuficiencia cardíaca.

La clave del éxito del programa es un equipo de trasplantes integrado por profesionales altamente capacitados, entre ellos, cirujanos, cardiólogos, enfermeros, personal de quirófano, asistentes sociales, psicólogos, dietistas, especialistas en rehabilitación y muchos otros. El equipo trata de satisfacer todas las necesidades de los candidatos a trasplante, incluso las emocionales, familiares y financieras.

Motivos para realizar un trasplante

La necesidad de un trasplante cardíaco puede deberse a uno de varios problemas cardiovasculares que dañan el músculo cardíaco. Los dos problemas cardiovasculares más comunes son la enfermedad arterial coronaria (la acumulación de placa en las arterias del corazón) y la cardiomiopatía idiopática (enfermedad del músculo cardíaco de origen desconocido).

A medida que la enfermedad cardiovascular se agrava, el corazón se debilita y va perdiendo la capacidad de bombear sangre rica en oxígeno al resto del organismo. Como el corazón debe esforzarse más para bombear sangre al organismo, trata de compensar aumentando de tamaño (hipertrofia). Con el tiempo, el corazón se esfuerza tanto para bombear sangre que simplemente se «desgasta» y ya no puede satisfacer siquiera las más simples necesidades del organismo. A veces los medicamentos, los dispositivos de asistencia mecánica cardíacay otros tratamientos pueden ayudar e incluso mejorar el estado de salud del paciente. Pero cuando estos tratamientos no dan resultado, el trasplante es la única opción.

El primer paso para un trasplante

En la mayoría de los casos, el médico personal es quien hace la primera consulta respecto de un trasplante. Los médicos que se comunican con un equipo de trasplantes hablan de los antecedentes médicos del paciente, su estado actual de salud, su capacidad física, los resultados de los estudios y otra información importante. Se les solicita a estos médicos que envíen los expedientes del paciente al equipo de trasplantes para que pueda estudiar cuidadosamente sus antecedentes médicos. A continuación se realiza una evaluación completa del paciente a fin de determinar la gravedad de la enfermedad y si otros tratamientos serían eficaces.

Los candidatos a trasplante que tienen los mejores resultados son los menores de 60 años de edad que no tienen problemas médicos graves aparte de los relacionados con el corazón. Cuando los pacientes tienen más de 60 años de edad, se considera cada uno individualmente para determinar si serían buenos candidatos.

El aspecto económico

Incluso cuando se satisfacen los requisitos médicos para un trasplante, queda un gran obstáculo económico que debe superarse. El trasplante cardíaco es un procedimiento caro. Medicare y muchos seguros privados cubren el trasplante cardíaco, por lo cual algunas familias no tienen que preocuparse. Pero algunas personas deben pagar por el trasplante con su propio dinero. Con la ayuda de los asistentes sociales, directores financieros y otros profesionales del hospital, los pacientes que no tienen seguro o ahorros suficientes pueden encontrar otras fuentes de financiación. Aún así, la responsabilidad final del pago del trasplante recae en el paciente y su familia.

La espera por un corazón nuevo

Una vez que el paciente es aceptado en un programa de trasplantes, comienza la espera por un corazón nuevo. Una serie de factores determina el lugar que ocupa un paciente en la lista de espera por un corazón donado, entre ellos, el grupo sanguíneo y el tamaño del corazón (factores que deben ser compatibles con los del donante), el estado de salud del paciente y cuánto tiempo puede esperar por un corazón nuevo. El orden de los pacientes en la lista de espera puede cambiar. A veces, algunos pacientes mejoran lo suficiente gracias a otros tratamientos, como para ser borrados de la lista. El estado de salud de otros pacientes, en cambio, podría agravarse, en cuyo caso su nombre subiría en la lista.

El uso de dispositivos de asistencia ventricular izquierda ha reducido la urgencia para encontrar un corazón donado. Estos dispositivos se conectan al corazón durante una operación. Ayudan al corazón a bombear (dándole tiempo para descansar) hasta que pueda trasplantarse un corazón sano. Algunos de estos dispositivos pueden mantener con vida a los pacientes durante muchos meses y mejorar considerablemente su calidad de vida y estado general de salud. En algunos casos, el estado del corazón puede mejorarse lo suficiente con sólo dejarlo descansar, como para evitar un trasplante.

La ley de la oferta y la demanda

Para muchos pacientes lo más difícil del proceso de trasplante es la espera por un corazón donado. Nadie sabe cuándo se recibirá la llamada o cuánto tiempo durará la espera. Lamentablemente, esta parte del proceso está fuera del control humano.

La demanda de corazones donados es superior a la oferta. En todo momento, hay aproximadamente 3.000 pacientes en la lista de espera nacional de trasplantes cardíacos, pero se donan sólo unos 2.200 corazones por año para trasplantes. En los Estados Unidos, la United Network for Organ Sharing o UNOS (Red Unida para la Distribución de Órganos) establece el orden de prioridad para trasplantes cardíacos, agrupando a los pacientes según la gravedad de su enfermedad cardiovascular. Esto permite que se considere primero a los pacientes que más necesitan un trasplante. Los grupos se clasifican de la siguiente manera:

  • Estado 1A: incluye pacientes muy enfermos que necesitan inótropos o asistencia mecánica (dispositivos de asistencia ventricular izquierda) en forma constante; estos pacientes tienen una esperanza de vida inferior a un mes sin un trasplante.
  • Estado 1B: incluye pacientes en estado estable que necesitan inótropos o asistencia mecánica (dispositivos de asistencia ventricular izquierda) en forma constante; estos pacientes tienen una esperanza de vida superior a un mes sin un trasplante.
  • Estado 2: todos los pacientes que no satisfacen los criterios precedentes.

Los corazones donados generalmente se obtienen de gente que ha fallecido de lesiones que no han afectado al corazón. Puede ser difícil encontrar candidatos a trasplantes compatibles con estos donantes. En primer lugar, los pacientes que sufren traumatismos deben ser llevados a un hospital y ser identificados como donantes rápidamente. El hospital debe contar con autorización para extraer el corazón del donante. Deben realizarse estudios médicos y análisis de laboratorio para determinar el estado del corazón donado y el grupo sanguíneo del donante. Cuando el donante y el candidato se encuentran en diferentes puntos del país, se convierte en una carrera contra el tiempo. Un corazón donado no debe permanecer fuera del cuerpo durante más de cuatro horas ya que puede deteriorarse. En los Estados Unidos, 141 programas de trasplantes aprobados por la red UNOS trabajan juntos para asegurar que cada corazón donado que pueda ser utilizado lo sea.

Termina la espera

El paciente debe llevar siempre consigo un buscapersonas (beeper) para poder ser notificado de inmediato en cuanto haya un corazón disponible. Tras recibir la noticia tan esperada, es fundamental actuar rápidamente. El paciente debe someterse a una evaluación final y se le realizan análisis de laboratorio en el hospital antes de ser llevado al quirófano. Si no hay complicaciones, un trasplante toma aproximadamente tres horas.

Tras el trasplante, el paciente permanece uno o dos días en la sala de reanimación, dos o tres días en la unidad de terapia intensiva y aproximadamente siete días en una habitación privada en la unidad de trasplantes. Durante este tiempo, el paciente es vigilado constantemente y se le realizan estudios tales como biopsias cardíacas periódicas. La biopsia cardíaca consiste en extirpar pequeños trozos de tejido del corazón nuevo a fin de determinar si el organismo está rechazando el órgano. Durante un período de tres meses tras el alta del hospital, el paciente debe regresar para realizarse chequeos periódicos. Estos chequeos permiten que los miembros del equipo de trasplantes detecten de inmediato los síntomas de un rechazo u otra complicación.

Aunque la mayoría de los trasplantes son exitosos, algunos no tienen los resultados esperados. En algunos casos, el corazón donado simplemente no funciona. Esto se denomina «fallo del injerto» y se pone de manifiesto en el quirófano o inmediatamente después de la intervención quirúrgica. Otra de las principales causas de fracaso es el «rechazo del tejido». El sistema inmunitario sabe que el corazón donado es un tejido extraño y trata de destruirlo, como si fuera un virus o algún otro patógeno. La única manera de detectar síntomas de rechazo es mediante biopsias periódicas de tejido cardíaco.

Las personas que han recibido un trasplante tienen un mayor riesgo de infección, especialmente durante los tres meses siguientes al trasplante, debido a los medicamentos que deben tomar para evitar un rechazo. Estos medicamentos, denominados «inmunosupresores», hacen más difícil para el organismo combatir las enfermedades. A veces debido a estos medicamentos una infección puede convertirse en un problema médico grave mucho tiempo después del trasplante.

Vuelta a la vida normal

Con el cuidado debido y siguiendo los consejos del médico, los pacientes que tienen la suerte de recibir un corazón donado pueden llevar una vida plena y productiva.

 

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